Sabiduría 7, 1-30
Valoracion de la sabiduria
- Ningún rey empezó de otra manera
También yo soy un hombre mortal, igual que todos,
hijo del primer hombre modelado en arcilla,
en el vientre materno fue esculpida mi carne; - tardé diez meses en tomar consistencia en su sangre,
gracias al semen de mi padre y del placer que acompaña al sueño. - Al nacer, también yo respiré el aire común,
y al caer en la tierra que todos pisan,
estrené mi voz llorando, igual que todos; - me criaron con mimo, entre pañales.
- Ningún rey empezó de otra manera;
- idéntica es la entrada de todos en la vida e igual es la salida.
- Por eso supliqué y se me concedió la prudencia,
invoqué y vino a mí el espíritu de Sabiduría. - La preferí a cetros y tronos,
y en comparación con ella tuve en nada la riqueza; - no la equiparé a la piedra más preciosa,
porque todo el oro a su lado es un poco de arena,
y, junto a ella, la plata vale lo que el barro; - la quise más que a la salud y la belleza
y me propuse tenerla por luz, porque su resplandor no tiene ocaso. - Con ella me vinieron todos los bienes juntos,
en sus manos había riquezas incontables; - de todas gocé, porque la Sabiduría las trae,
aunque yo no sabía que es la madre de todas. - La aprendí sin malicia, la comparto sin envidia y no me guardo sus riquezas;
- porque es un tesoro inagotable para los hombres:
los que la adquieren se atraen la amistad de Dios,
porque el don de su enseñanza los recomienda. - La Sabiduría me lo enseñó
Que me conceda Dios saber expresarme
y pensar como corresponde a ese don,
pues él es el guía a la Sabiduría y quien marca el camino a los sabios. - Porque en sus manos estamos nosotros y nuestras palabras,
y toda la prudencia y el talento. - Él me otorgó un conocimiento infalible de los seres
para conocer la trama del mundo y las propiedades de los elementos; - el comienzo y el fin y el medio de los tiempos,
las diversas posiciones del sol y el cambio de las estaciones; - los ciclos anuales y la posición de las estrellas;
- la naturaleza de los animales y la furia de las fieras,
el poder de los espíritus y las reflexiones de los hombres,
las variedades de plantas y las virtudes de las raíces; - todo lo sé; oculto o manifiesto,
porque la Sabiduría, artífice del universo, me lo enseñó. - Reflejo de la luz eterna
En ella hay un espíritu inteligente, santo, único, múltiple, sutil, ágil,
penetrante, inmaculado, transparente, invulnerable, bondadoso, agudo, - independiente, benéfico, amigo del hombre, firme, seguro, sereno,
que todo lo puede, que todo lo vigila, que en todos los espíritus penetra,
en los inteligentes, en los puros, en los sutilísimos. - La Sabiduría es más móvil que cualquier movimiento,
y, en virtud de su pureza, lo atraviesa y lo penetra todo; - porque es exhalación del poder divino,
emanación purísima de la gloria del Omnipotente,
por eso nada inmundo se le pega. - Es reflejo de la luz eterna,
espejo nítido de la actividad de Dios e imagen de su bondad. - Siendo una sola, todo lo puede; sin cambiar en nada, renueva el universo,
y, entrando en las almas buenas de cada generación,
va haciendo amigos de Dios y profetas; - pues Dios ama sólo a quien convive con la Sabiduría.
- Es más bella que el sol y que todas las constelaciones,
comparada a la luz del día, sale ganando, - pues a éste lo releva la noche,
mientras que a la Sabiduría no la puede el mal.
Sabiduría 8, 1-21
La sabiduria , esposa perfecta
- Se despliega con vigor de un extremo al otro
y gobierna el universo con acierto. - La pretendí como esposa
La quise y la busqué desde muchacho
y la pretendí como esposa, enamorado de su hermosura. - Su unión con Dios realza su nobleza,
porque la ama el que es Señor de todos; - ella conoce los secretos de Dios y elige lo que él hace.
- Si la riqueza es un bien deseable en la vida,
¿quién es más rico que la Sabiduría, que lo realiza todo? - Y si es la prudencia quien lo realiza,
¿quién, sino la Sabiduría, es la autora de todo cuanto existe? - Si alguien ama la justicia, las virtudes serán el fruto de sus esfuerzos;
es maestra de templanza y prudencia, de justicia y fortaleza;
para los hombres no hay en la vida nada más provechoso que esto. - Y si alguien ambiciona una rica experiencia,
ella conoce el pasado y adivina el futuro,
sabe los dichos ingeniosos y la solución de los enigmas,
comprende de antemano los signos y prodigios,
y el desenlace de cada momento, de cada época. - Por eso decidí unir nuestras vidas,
seguro de que sería mi consejera en la dicha,
y mi alivio en las preocupaciones y tristezas: - Gracias a ella me elogiará la asamblea,
y, aun siendo joven, me honrarán los ancianos; - en los juicios lucirá mi agudeza y seré la admiración de los monarcas;
- si callo, estarán a la expectativa; si tomo la palabra, prestarán atención,
y si me alargo hablando, se llevarán la mano a la boca. - Gracias a ella alcanzaré la inmortalidad
y dejaré a la posteridad un recuerdo imperecedero. - Gobernaré pueblos, someteré naciones;
- soberanos temibles se asustarán al oír mi nombre;
con el pueblo me mostraré bueno, y en la guerra, valeroso. - Al volver a casa, descansaré a su lado,
porque su trato no produce amargura,
su intimidad no deprime, sino que regocija y alegra. - Esto es lo que yo pensaba y sopesaba en mi corazón:
la inmortalidad consiste en tener parentesco con la Sabiduría; - su amistad es noble gozo; el trabajo de sus manos, riqueza inagotable;
su trato familiar, prudencia; conversar con ella, celebridad;
entonces me puse a buscarla, tratando de llevármela a casa. - Yo era un niño bueno por naturaleza, dotado de un alma bondadosa;
- mejor dicho, siendo bueno, entré en un cuerpo sin mancha.
- Al darme cuenta de que sólo me la ganaría si Dios me la otorgaba
— y ya era un signo de prudencia saber el origen de este don— ,
me dirigí al Señor y le supliqué, diciendo de todo corazón:
Sabiduría 9, 1-18
Pleagria para alcanzar sabiduría
- Envíala desde el cielo
Dios de los padres, Señor de misericordia, que todo lo creaste con tu palabra - y con tu Sabiduría formaste al hombre
para que dominara todas tus criaturas, - gobernara el mundo con justicia y santidad
y administrara justicia rectamente: - dame la Sabiduría que reina junto a ti,
y no me excluyas de entre tus siervos. - Porque soy siervo tuyo, hijo de tu sierva,
hombre débil y de existencia breve,
incapaz de entender el derecho y la ley. - Por perfecto que sea un hombre,
si le falta tu Sabiduría, no valdrá nada. - Tú me has elegido como rey de tu pueblo
y jefe de tus hijos e hijas, - me encargaste construirte un templo en tu monte santo
y un altar en la ciudad de tu morada,
copia del santuario que fundaste al principio. - Contigo está la Sabiduría, que conoce tus obras,
a tu lado estaba cuando hiciste el mundo;
ella sabe lo que a ti te agrada, lo que responde a tus mandamientos. - Envíala desde el cielo sagrado, mándala desde tu trono glorioso,
para que esté a mi lado y trabaje conmigo,
enseñándome lo que te agrada. - Ella, que todo lo sabe y lo comprende,
me guiará prudentemente en mis empresas
y me custodiará con su gloria; - así aceptarás mis obras, juzgaré a tu pueblo con justicia
y seré digno del trono de mi padre. - Porque, ¿qué hombre conoce los planes de Dios?
¿Quién comprende lo que Dios quiere? - Los pensamientos de los mortales son mezquinos
y nuestros razonamientos son inseguros; - porque el cuerpo mortal es un peso para el alma
y la tienda terrestre abruma la mente que reflexiona. - A duras penas adivinamos lo que hay en la tierra
y con trabajo encontramos lo que está a nuestro alcance:
¿quién podrá rastrear las cosas del cielo? - ¿Quién conocerá tu designio, si tú no le das la Sabiduría
enviando tu santo espíritu desde el cielo? - Sólo así fueron rectos los caminos de los que están sobre la tierra,
así los hombres aprendieron lo que te agrada y la Sabiduría los salvó.
Tomado de la Biblia de Nuestro Pueblo